ANTES DE LA DESPEDIDA DE SOLTERO DE LUISTU
Por Ricardo Musolini:
Aprovecho estos escasos momentos de tranquilidad de los que dispongo para haceros partícipes de la enorme pena que me embarga ante la despedida de soltero de Luistu. Desde que Luistu empezó a oir voces extrañas en el interior de su cabeza supe que algo había cambiado. Primero pensé que tal vez sería bueno que acudiese a un psicólogo ("esas voces que oyes no son buenas, tal vez sean delirios", "si Franco te mandase mensajes ocultos no utilizaría la telepatía, si no que se comunicaría contigo a través de mensajes cifrados en El Alcazar"). Pero daba igual. El decía que las voces siempre le conducían a un mismo lugar: las Claras ("no será que el Johnie Walker te ha sentado mal").
Así que con sus frecuentes visitas a las Claras, al hogar del transeunte, a Lourdes,... comenzamos a darnos cuenta que aquellas voces le indicaban el camino que debía tomar. Hasta que un día, borrachos como piojos en Orfeo, nos soltó el notición: "entro en el seminario el año que viene". La verdad es que hubiera preferido una noticia del tipo "he dejado embarazada a una marrana y tengo que comportarme como un caballero (cambiar de ciudad, negarse a reconocer su paternidad,...). Pero si esa es su decisión, habrá que apoyarle, así que todos a la una de la madrugada en el seminario."
Aprovecho estos escasos momentos de tranquilidad de los que dispongo para haceros partícipes de la enorme pena que me embarga ante la despedida de soltero de Luistu. Desde que Luistu empezó a oir voces extrañas en el interior de su cabeza supe que algo había cambiado. Primero pensé que tal vez sería bueno que acudiese a un psicólogo ("esas voces que oyes no son buenas, tal vez sean delirios", "si Franco te mandase mensajes ocultos no utilizaría la telepatía, si no que se comunicaría contigo a través de mensajes cifrados en El Alcazar"). Pero daba igual. El decía que las voces siempre le conducían a un mismo lugar: las Claras ("no será que el Johnie Walker te ha sentado mal").
Así que con sus frecuentes visitas a las Claras, al hogar del transeunte, a Lourdes,... comenzamos a darnos cuenta que aquellas voces le indicaban el camino que debía tomar. Hasta que un día, borrachos como piojos en Orfeo, nos soltó el notición: "entro en el seminario el año que viene". La verdad es que hubiera preferido una noticia del tipo "he dejado embarazada a una marrana y tengo que comportarme como un caballero (cambiar de ciudad, negarse a reconocer su paternidad,...). Pero si esa es su decisión, habrá que apoyarle, así que todos a la una de la madrugada en el seminario."
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